miércoles, 28 de noviembre de 2012

¿Qué diría Gramsci sobre el árabe marroquí hoy en día?

‘En mi opinión, ha sido un error no haber dejado que Edmea, de chiquita, hablase libremente en sardo. Eso ha perjudicado su formación intelectual y ha puesto una camisa de fuerza a su fantasía. No debes cometer ese error con tus hijos. Por lo demás, el sardo no es un dialecto, sino una lengua, aunque no tenga una gran literatura, y conviene que los niños aprendan varias lenguas, si es posible. Y además, el italiano que le enseñaréis será una lengua pobre, truncada, compuesta sólo con las pocas frases y palabras de vuestras conversaciones con él, puramente infantil; él no tendrá contacto con el ambiente general y acabará aprendiendo dos jergas y ninguna lengua: una jerga italiana para la conversación formal con vosotros y una jerga sarda, aprendida a trancas y barrancas, para hablar con los demás niños y con la gente que encuentra en la calle o la plaza. Te recomiendo de todo corazón que no cometas semejante error y que dejes que tus hijos chupen todo el sardismo que quieran y se desarrollen espontáneamente en el ámbito natural en que nacieron; no será estorbo para su futuro, sino todo lo contrario’ (26 de marzo de 1927).

Gramsci, Antonio. Cartas desde la cárcel. Edición y prólogo de Francisco Fernández Buey. Traducción de Esther Benítez. Madrid, veintisieteletras, 2012, pp. 39-40.

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